lunes, 10 de septiembre de 2007

1º salida europea. Francia e Italia

Menudo lio las carreteras en el extranjero. La próxima que vaya me aseguraré de llevar un GPS. Nosotros llevabamos un mapa de esos que le llaman de sábana de toda Europa, con una escala 1:3,000.000, sí 3 millones, 1 cm = 30 km, así que imaginaros. Aun no sé como no estamos todavía dando vueltas por allí encontrándonos.
Bueno, al lio.
Salimos de Sorbas sobre las 7 de la mañana del día 10 de septiembre del año pasado. ¿El motivo del viaje? El Giornatto Mundial Guzzi o Guzzi Worl Week. Vamos, la concentración mundial que Guzzi organiza todos los años. Con visita a la fábrica. ¡¡¡Ahhhh!!!!! Una de las cosas de las que me alegro de haber hecho en toda mi vida. Y más ahora que están pensando en quitarla. ¡¡¡¡Menudo museo!!! Desde luego merecen la pena los 30 euros que valía la concentración.
Pero claro, ya que ibamos a Mandello del Lario, por que no tomar un pequeño desvío hasta Paris.
Y así fue. Nos fuimos a Paris con la única excusa de ver a una amiga del pueblo de mi amigo que trabaja allí en un hotel de lujo. Lógicamente no nos quedamos en su hotel. Casi 500 € la noche no nos hacía mucha gracia. Pero ella sí que se encargó de buscarnos el hotel.
Pero vamos por partes.
1º etapa: Como en todas las sucesivas, la premisa fundamental era evitar autovías y mucho más los peajes.
Salimos dirección Murcia, desvío en Lorca hacia Caravaca de la Cruz. Carretera buenísima y con poquísimo tráfico.
Caravaca, Jumilla, Yecla, la carretera con más arbolado de todo Murcia, y tampoco hay mucho, no es muy diferente a Almería.
Almansa, Requena. Ya estábamos al lado de Teruel, y aunque no lo creáis, primera parada para repostar y desayunar, sobre las 12. ¡¡¡Menuda tirada ehh!! Eso es lo que tiene ir en motos turísticas. Nuestro ritmo durante casi todo el viaje era 100-110 si ponía yo el ritmo y un poco más 110-120 si lo ponía mi compañero. A esa velocidad mi moto hace un gasto de 5.3 litro a los 100 y 24 litros de tanque dan para mucho.
Varias veces hemos llegado a hacer más de 400 km de una tirada.
Requena, Utiel, Teruel. Aquí fue una de las dos veces que nos mojamos un poquitín y fue al pasar por la central nuclear de Valencia, no recuerdo el pueblo. Ahí ya empieza a haber buenas vistas y la carretera de Teruel atraviesa unos pueblos muy chulos. La carretera es muy curveada, cuesta mucho trabajo adelantar, y durante un buen rato vas bordeando un rio.
Gracias que la duró poco, de nuevo el sol. Llegamos a Teruel a las 2 de la tarde. Entramos a la ciudad para dar fe de que existe. Por cierto es muy bonita. Mudejar, movimiento artístico muy español.


Decidimos seguir un poco más hasta parar a comer. Y así llegamos hasta La Almunia de Doña Godina. Donde se pilla un atajo bueno, atravesando pueblos pequeños, para llegar a la carretera de Pamplona sin tener que atravesar por Zaragoza ciudad.
Allí paramos en un bar de carretera, donde coincidimos con una pareja harleysta que venían de Castellón y se dirigían a Pamplona.
La muchacha fea como para anunciar veneno, y el con más tatuajes que los Yacuzza japoneses. Vaya pareja más custom pura. Eran apañados. Fliparon cuando les dijimos que íbamos para Irun, para salir al día siguiente hacia Paris, etc, etc.
Lo que hace conocer las carreteras. A esta pareja la adelantamos dos veces más por el camino, y eso que no paramos.
Pues así y poco más pasamos por Tudela, Tafalla, Pamplona y llegamos a Irún. Que por cierto es grandísima.
El último tramo lo hicimos por la autovía de alta montaña del Pais Vasco. Para ser autovía está chulisima. Asfalto impecable. Eso sí son paisajes. Cuantísimo bosque. Precioso final de etapa.
Cuanto más te acercas a la frontera con Francia más gasolineras hay. Hay cientos de ellas, de todas las marcas. Como se nota que tenemos la gasolina más barata. Muchos franceses vienen solo a repostar y se vuelven a ir. Merece la pena. Cuando aquí la gasolina rondaba el € allí estaba a 1.3.
También me extrañó ver varias patrullas de gendarmes.
Total, allí buscamos un hostal u hotel donde hospedarnos y nos costó visitar tres. Pero encontramos. Era la primera vez que me creía que dormiría en la calle.
No llevábamos nada contratado. Ni sabíamos la ubicación de los hostales. Íbamos totalmente a la aventura, (salvo en París). Y acojona cuando ves que es de noche y has visitado dos o tres y no hay sitio para tí.


Eran las 19:45 horas cuando estábamos desmontando las maletas y mi jabata marcaba 947 km. La etapa más larga del viaje. Y si os digo la verdad, no me hubiera importado hacer otros 200 km.



2º día

Pues con bastante frío mañanero, cargamos las cosas bien temprano y nos pusimos en camino de la segunda etapa.
El hostal donde pasamos la noche estaba muy cerca de la frontera. y en seguida nos metimos en San Juan de Luz, un pueblo pesquero al que me gustaría volver a visitar, Guéthary, Bidart, Biarritz, Bayona. Todo por carretera nacional.


El Pais Vasco francés, es con diferencia lo que más me gustó de toda Francia. Con sus caserios enormes con tejado a dos aguas que yo sólo había visto en la tele. A lado y lado de la carretera hay tanto arbolado que a veces las copas de los árboles se juntan y vas en un auténtico túnel verde larguísimo. Al rato se nos cortó la carretera nacional y nos vimos obligados a circular por una autovía, con perfecto asfalto, (a ver si va por allí más a menudo el Sr. Navarro y toma nota). Allí, la velocidad máxima es 130 y 110 con lluvia. No nos llovió pero la carretera estaba mojada y los coches salpicaban agua. Acababa de llover, y aun estaba nublado. Hacía un frío de perros. Paramos a desayunar antes de tiempo para vestirnos con las ropas polares que llevabamos. Que no nos sobraron hasta que ya de noche llegamos a Paris.
Así llegamos a Burdeos. Parando de vez en cuando para echar una fotillo en el camino. Tal vez lo que más me gustó eran las iglesias góticas, es la nota predominante. La arquitectura típica, más grande o más chica, siempre su pedazo de torre y sus pináculos. Basicamente como aquí. Pero en España, el gótico no está muy estendido y mucho menos en el sur. Supongo que a los franceses que vengan por aquí les impresionará el románico.


En fin, las iglesias para los curas. Y la carretera para nosotros.
No habíamos avanzado demasiado cuando paramos a comer. (Gracias que mi compañero tenía unas nociones de francés). Paramos en la terracilla de un barecillo pequeño que lo regentaba un motero que tenía su custom en la puerta.


Anda que no miraba las motos. Se le veía la cara de ilusión por el viaje que estabamos haciendo. Si el hubiera sabido español o nosotros francés seguro que hubiera preguntado un rato de cosas. Recuerdo que tambien pasaron una pareja de motoristas gendarmes con la mismas BMW que la Guardia Civil. Miraron a las motos, nos miraron a nosotros, volvieron a mirar las motos y se fueron. Menos mal. No estábamos para pérdidas de tiempo y mucho menos de dinero.
Continuamos por carretera nacional y pasamos por Chasseneuil-du-Poitou al lado de un complejo que se llama Futuroscope. Me recordó a la película de Desafío Total. Quise parar a hechar una foto, pero apenas había tiempo. ¡Ya volveré!
Dejábamos atrás Poitiers, donde vino la primera pérdida de tiempo. Desvio: Chatellerault-Chateauroux. ¿Ehn? ¿Cual era? Párate, saca el mapa, abre la sábana y busca. Chatellerault. Pero tomamos la carretera y nos condujo a un peaje.
Pues no va a ser este, nos volvemos otros pocos km sobre nuestros pasos hasta donde habíamos tomado la última ronda. En eso que nos metemos casi en la capital de nuevo.
Otra vez mirando las señales: Desvio: Angouleme-Chateaux. Chatellerault- Chateauroux ¿Como cojones habíamos dicho que era? ¿Todos los nombres tienen que ser casi iguales? Con lo fácil que se lee Toledo, Ciudad Real, Madrid. Cago en to!!.
Vuelta a parar, buscar mapa, abrir la sábana (que como es tan cómoda de manejar) y asegurarte. Que pasó al final!!!
Pues que acabamos tomando el peaje. Porque eran las cinco y pico y todavía nos quedaban tres cientos y pico km, suponiendo que no nos perdiéramos.
La autopista. Puff. Imaginaros el aburrimiento. Se me fueron los ojos detrás de la salida de Le Mans, y los billetes en los putos peajes. Menos mal que las motos pagan menos que los coches. Tambien deberían de aprender eso en España.
Lo bueno de las autopistas francesas es que tienes areas de descanso cada pocos km, en una de ellas paramos a descansar un rato y allí coincidimos con el camionero de San Sebastian que nos invitó a café y a un rato de charla. El fue quien nos avisó de que los radares están a salto de mata, nunca mejor dicho, pues los gendarmes se esconden detrás de árboles y con prismaticos te ven y te controlan la velocidad. Si te pasas, un poquito más adelante tienes una patrulla perfectamente uniformada que te soplará tus euros fresquitos. "Y las multas aquí son muy caras" nos advirtió. No problemo, mi moto no va a más de 130, que gasta.
Ya casi oscureciendo llegamos a los pies de la Torre Infiel. Donde habíamos quedado con la amiga en cuestión.
A unos treinta km de llegar al centro, en plena autopista empezó el atasco de coches. Increible. Nunca he visto uno tan grande. No sé si será asi siempre pero allí no había ningún accidente ni nada por el estilo. Los camiones parados en el arcén... Si esa gente quería llegar a la capital, no habría llegado ni a las una de la mañana.
Las motos me acojonaron hasta que yo tambien le pillé el tranquillo.
Recuerdo que yo iba a unos 80 km hora entre las filas de coches. Y una facer 1000 de las antiguas pitándome. Total que me aparto. Y le metió el tio un acelerón a la moto. Al menos iba a 120 o 130 entre los coches. Tomé nota, aceleré para no estorbar por que detrás de mi venían unos pocos y me puse a unos 100-110 entre coches (que puede acojonar un poco) y al otro no lo pille, pero a los que iban detrás de mi tampoco los perdía. Vaya, que era lo más normal del mundo.
Dos cosas buenas:
1- En Francia, todos los moteros saludan bajando la pierna derecha cuando te adelantan y V's si se cruzan, incluso en ciudad y lleven la moto que lleven.
2- Los coches se apartan para que pases. En la cola de la autovía, los coches llevaban medio cuerpo en el arcén para dejarte paso. Sorprendente cuando menos.
2.Bis- A los coches que se apartan también se les saluda bajando la pierna derecha al adelantarlos.
También, en eso deberíamos de aprender en España.
Pues llegamos a la Torre Infiel y resulta que se está celebrando esa semana el torneo mundial de rugby. Ese día jugaba Escocia-Francia.


Estaba todo plagado de garrulos con faldas y jarras de cerveza. Jejeje, las películas a veces son muy fieles a la realidad.
Gracias que esta muchacha nos pilló el hotel, sino hubieramos dormido en la puñetera rue. Estaba todo saturado. Ella lo pilló diez dias antes y le costó mucho trabajo. Tanto que lo único que nos pudo pillar era el hotel más penco de Europa. Un verdadero picadero. No había camas individuales y la para ducharte tenías que pagar dos euros. Y en la habitación, moqueta roja y cuadros con musas. El cuarto todo erotizado y nosotros dormir en la cama de matrimonio. Menuda ruina. Pero estabamos tan cansados que ni nos importó.
Esa ruta era mucho más corta que la del día anterior, pero por culpa de las pérdidas, mucha más larga y pesada.


Vaciamos las maletas y nos fuimos a cenar. Al módico precio de 4 lereles la caña, y ni siquiera aceitunillas con gracia como en Sevilla. La carne ya ni me acuerdo, pero creo que eran veintipico euros. Vamos que se te quitaba el hambre de ver la carta.

3º día.

Pues yo sigo a lo mío. Ya voy por el tercer día.
Así, después de haber pasado la noche en el hotel-picadero Lille. Ese que gracias que nos buscaron con tiempo. En el que tenías que decirle al tío que te enchufara el agua caliente y costaba dos euros que desde luego no le dimos (tampoco nos los pidió, claro). Volvimos a montar maletas, y atravesar Francia por 2ª vez.
Lógicamente, no queríamos irnos tan rapido, sin echar unas fotillos a la ciudad, y dando una vuelta con la moto, nos encontramos algunas realmente bonitas. Tienen unos parques y jardines muy bien cuidados.
Nos metimos en una zona donde estaban todos los ministerios. Me gustaría haber parado a echarle alguna foto a los edificios, pero era casi imposible. No había sitio donde parar a no ser encima de la acera y aquello estaba plagado de coches patrulla y policías a pie. En España nunca he visto tantísima policía junta. La verdad es que impresionaba un rato. Parecía que allí se estaba cociendo algo gordo.


Con el Senna y la Torre Infiel al fondo, preciosa. Una de las mejores fotos del viaje, para mi gusto.
 Y una calle bastante famosa.



Bueno pues sí. Será todo lo bonita que uno quiera. Pero cualquiera sale de allí.
Nos costó más de una hora dando vueltas por la ciudad para encontrar la puñetera salida. Estuvimos dos veces en Versalles, que era justo el lado contrario al que buscábamos. Lógicamente una vez que te metes en autovía, aunque sepas que te has equivocado, no puedes darte la vuelta.
Cada dos por tres parada a mirar el mapa con la pérdida de tiempo que ello conlleva. Total aproximadamente una hora hasta que nos encarrilamos en la autovía de circunvalación acertada. Cabe mencionar el montón de Ferrari que vi, tanto por la ciudad como por la autovía.
Hay un montón de radares. Pero allí no están camuflados, son cajas como las de aquí pero estan pintadas a rayas amarillas y negras, y la mayoría están de frente. Así que puedes saltarlos si quieres y que te busquen. Yo de echo salté uno adrede. Di un golpe de gas y vi saltar el flash. Es casi imposible no verlos.
Desde ahí, pocos más incidentes tuvo la cosa. Fuimos absolutamente todo el camino hasta Belfort, que fue donde pasamos noche, por carretera nacional.
Paisajes chulos, asfalto impecable. Largas rectas que atraviesan bosques enteros. Y lo más importante, poco tráfico.
Más al sur, el paisaje se vuelve más llano. A veces se te pierde la vista sin ver una montaña.
Atravesamos un montón de pueblos pequeñísimos que viven del campo. ¡¡Que esperaba, en plena Campiña Francesa!!, como le llaman. Pues ahí fue la primera vez que he visto cuervos. Más negros que el tizón, apoyados en balas de paja. Impresionantes y magestuosos pajarracos negros.

 Para terminar la ruta nos perdimos, para variar. El de la BMW no vio el desvío de Belfort y siguió, yo lo sí lo vi, pero lógicamente también seguí. 20 km despues tuvimos que darnos la vuelta en una autovía de nueva creación que apenas si tenía señalización. Lo que no sé, es como estaba abierta. Desde luego, no sé por donde entramos pero ibamos totalmente solos.
Así llegamos a la ciudad de noche. Preguntamos en un hotel; completo. Más adelante hay otro nos dijo la tía. Fuimos: completo. Ahí mismo llamó a un tercero: completo.
Ese fue el día que me vi durmiendo en un parque a la intemperie. De echo ya lo teníamos elegido y todo. Total que en nuestro deambular buscando sitio, vimos en un semáforo una harley Sproter. Se acerca mi amigo y le pregunta si sabe de algún hotel: "Sí, seguidme" dice. Muy bien, lo seguimos. El desgraciado parecía que quería perdernos. Follao por todas las callejuelas. Hasta que al final nos lleva al sitio. Y nos dice adios.
Nosotros nada más verlo, casi que decidimos volvernos al parque.
"Si aquí nos van a cobrar por preguntar"!!!.
Aun así, entra mi amigo a preguntar mientras yo espero fuera con las motos. No tarda en salir con mala cara.
- Vamos al parque - dice. Sí tienen, pero 120 € la noche.
La ostia. Pues ya, cerca de las 10:30 de la noche, camino del parquecillo, ¡¡y con el frío que hacía!!, nos encontramos un hotelillo.
¡Por preguntar no pasa nada!
Eureka!!! 80 € los dos. (este ha sido el precio estandar por noche, en Italia también).
Pos ahí que soltamos los bártulos.

Dimos un pequeño paseo. Encontramos una cafetería de mala muerte, literalmente, y nos tomamos una pizza congelada de un palmo de grande por 4 € y una triste caña por 3.5 €.
Francia pal que la quiera.

4º Día

 Para quien le guste y quiera seguir leyendo.
Bien temprano comienza el cuarto día y cuarta etapa. La ruta era Belford-Lecco, allí buscaríamos hostal. Cosa que, como siempre, costó su tiempo.
Con un frío de perros y un nieblazo de miedo. Literalmente. Deciros que no veía absolutamente nada. Me iba guiando por el piloto de la moto de mi compañero, y la velocidad era lentísima, logicamente.
La visera totalmente empañada, si me la subía, entonces eran las gafas las que se empañaban. Me las tuve que quitar e ir sin visera. Con la cara totalmente congelada. Y yo pensando temeroso que si me tocaba cruzar los alpes en ese estado me daba algo.
Paramos a los pocos km, en Basel, ultima ciudad de Francia, fronteriza con Suiza, porque yo, que encima me había ido con el pantalón de verano, no iba a llegar muy lejos con ese frío. (Mención especial merecen los puños calefactables. Eso es confort y lo demás es tontería). Me puse el pantalón de lluvia para que al menos me quitara el viento frío y un pasamontañas. Esto ya es otra cosa.
Cabe decir que este fue el único tramo de mal asfalto que pillamos en los 1600 km aproximados que llevabamos por Francia.
¡¡¡¡Y para más alegría empezaba a despejarse la niebla!!!!. Hemos tenido muchísima suerte durante todo el viaje. Cuando hablaba con mi casa me decían que estaba lloviendo un montón y nosotros con un tiempo buenísimo, y cuando nosotros estábamos en España, en Europa estaba cayendo la de Dios, según las noticias, claro.



 
Pues un par de kilómetros más allá estaba la frontera. Parada obligatoria. No por que esté cerrada, sino porque en Suiza no funciona el €. Hay que cambiar dinero.
Aquí empezaba la ruta más bonita que había hecho nunca en moto. Con diferencia.
 Nada más entrar en la primera ciudad a la que llegamos, me sorprendió un pequeño castillo. En la foto no sale muy favorecido, pero bueno. Uno se puede hacer una idea. Y bordeando el castillo un antiguo tranvia.

Buscando la salida no había pérdida; dirección Zurich. Básicamente, hasta los Alpes, atravesamos todo por autovía. Eso no quita que nos saliéramos en algún pueblecillo a echar fotos.


Y sus curiosas iglesias.
 Me extrañó bastante que en ningún momento vi señales de velocidad, solamente a la entrada de los túneles, que por cierto hay un montón. Pero aun así, el tráfico no iba muy rápido.



Mires para donde mires hay bosque.

Pues así andábamos, sin saber a que echarle foto, porque cada poco que avanzabas te apetecía volver a parar porque habías visto otra foto de postal, buscando la salida de Splügen, que es el paso de los alpes hacia Italia. Pero no puedes parar tanto, si no, no llegas a ningún sitio y aún nos faltaba lo más famoso, los archiconocidos Alpes, entretenidos donde los haya, llegar a Lecco y buscar alojamiento.
Encontramos la carretera, y al poco de empezarla, me encontre a un ciclista. Me puse a su velocidad y le pregunté ¿Lago di Como? señalándole cuesta arriba y me dijo ¡¡Si!!. jeje, No sé si el ciclista sería español, entrenando allí o vio las matrículas y nos contestó en nuestro idioma. Pues ale chaval, gracias. Hínchate de pedalear. ¡Madre mía que cuestas! Y volvimos a nuestro paso a disfrutar de curvas. Paramos al poco rato en un bar de carretera, como hacía buen día nos pusimos en la terraza con vista a otro lago. Y mientras comiamos, deleitándonos con el montón de Guzzi que atronaban por allí; dirección Mandello de Lario.
Y empezamos a subir, y vacas, y curvas y cuestas. Que pasada. Ya he puesto alguna fotillo, pero merece la pena repetirla.
Esta foto me trae un recuerdo agradable. Y es que una de las vacas se acercó a la BMW y empezó a olfatearla, pero estaba tan cerca que mi compañero no podía subirse a la moto sin darle al animal con la pierna y tuvo que esperar un rato a que se separara, temeroso de que le diera un cabezazo y le mandara la moto cuesta abajo.
Pues a poco a poco, pasamos el puesto fronterizo. Había un par de carabinieri que se nos quedaron mirando, pero no nos pararon. Y ya estábamos en Italia. Ya no paramos más hasta llegar a Lecco. Un tramo de autovía con infinidad de túneles y asfalto en bastante mal estado, y un chorro de motos que nos adelantaban y que adelantábamos. Muchísimos alemanes.
Y a la derecha el famoso Lago di Como. Es la parte más chic del pais, donde todos los pipiolos millonetis tienen residencia. El lago hace una especie de Y al revés y la otra parte de la "y al revés" es más rica que la que nosotros recorrimos. Aun así está chulísima y la carretera que bordea todo el lago una auténtica pasada.
La ruta debería de haberla titulado "buscando hotel", porque en todas los sitios ha sido complicado. Y eso que era la segunda quincena de septiembre, no me quiero imaginar en agosto.
Mandello de Lario está muy cerca de Lecco, y con una concentración, era bastante lógico que no hubiera sitio.
Completo, completo. Nada en dos sitios. Nada, y el último nos dio animos diciéndonos que en Lecco era prácticamente imposible que encontráramos.
Pues habrá que buscar alternativas. Cogimos la primera carretera que pillamos y cada vez que vieramos un sitio pararíamos. Así llegamos a Bellagio. Un bonito pueblo que da nombre a la última creación de Guzzi. Pero por muy bonito que fuera el pueblo y la Guzzi, allí tampoco había sitio. Pero el tercer recepcionistas al que preguntamos, tuvo un detalle muy de agradecer. Nos dijo que podía preguntarnos en un pueblo cercano. ¡Claro que sí! le dijimos. Y así fue como acabamos soltando bártulos en Barzio, sobre las 8 de la tarde.
Barzio está chulo. Se notaba que era un pueblo de temporada de esquí. Cuando nosotros estuvimos había muy poca gente en las calles.

Aquí una vista del hotel.
 En esta casa que pone chalet fue donde cenamos. Un auténtico restaurante italiano.

Y hasta aquí el cuarto día de viaje.
Espero que le guste al que esté leyendo los tochos. Y animarle, ya queda poco. 

5 Día

Ese día no hicimos ruta. Nos quedamos entre Barzio, Lecco y Mandello.


Era viernes, y se abría la inscripción en la concentración Guzzista. Y allí que nos fuimos a hacer cola.
La inscripción tenía tres precios diferentes. Con descuento, si pertenecías a algún club guzzista.
- Uno; asistencia a la concentración sin visita al museo, regalos.
- Otro; con visita al museo y camiseta, entre otros regalos.
- Y un tercero; con un polo bordado de regalo, llaveros, entrada al museo, una gorra tambien bordada. Y una participación para el sorteo de la primera Grisso 1200 8v salida de la cadena de producción.
La verdad que los precios estaban muy bien. Tanto el polo como la visita, de forma independiente, ya merecen la pena esos 30 €.
 
Estaba ambientada, pero nada que ver con otras concentraciones. Como corresponde a la marca; minoritaria. Aparte de muy sobria. Estas eran las primeras que te daban la bienvenida.


Dentro de la fábrica había tienda de merchandisin (o como se escriba) con unos precios buenísimos. Muy baratos con respecto a lo que puedes ver en cualquier tienda.
Por la noche había un conciertillo en la zona de acampada.
Dando una vuelta por las calles vi matrículas Alemanas principalmente, Francesas, de Andorra, Croacia y por supuesto italianas, claro. No vi absolutamente ninguna española. Ni a nadie hablando español a mi alrededor. No entiendo como luego en la foto de las revistas se ve un buen grupo de gente posando con la bandera española. ¿Dónde estaban?. En fin...
Pues como en todas las concentraciones, un muestrario impresionante de motos (con el encanto añadido de que uno no está acostumbrado a ver muchas Guzzis juntas) y algún que otro frikie.

Luego pasillos y pasillos con motos, de más vieja a más nueva.
Pondré alguna en particular que sea más curiosa. ¡¡¡Pero hay tantas!!!!. Lo suyo sería compartir la carpeta de fotos en Picassa, pero no sé hacerlo.
Este artefacto es el culpable de la existencia del característico motor transversal. El encargo del ejercito...









En la fábrica era jornada de puertas abiertas, y podías visitar por ejemplo el tunel del viento. Dentro había una Guzzi Norge, pero no estaban en ese momento haciendole pruebas. También entre en un espacio dedicado al diseño donde había diversos operarios haciendo bocetos, y principalmente conjugando colores en cartulinas.

Una vez fuera, estaban todos los modelos para el que la quisiera probar. Pero me parecía bastante caro. 30€ un paseo de una hora. Ya se podrían haber estirado un poco más y haberlas dejado gratis aunque fuera un paseo más corto al que hubiera pagado inscripción.
6º, 7º y 8º

Voy a ser un poco más breve que yo creo que esto se está haciendo demasiado extenso y tampoco pretendo que se haga pesado.
Después de ver el museo, etc. Pensamos en que allí ya no íbamos a hacer nada, por lo que el sábado decidimos marcharnos.

        Así que cogimos las cosas, montamos las maletas, y carretera y manta.
Nuestra intención era visitar el circuito de Monza, ya que prácticamente estabamos al lado y nos pillaba de paso para Milán, que es donde cogeríamos la autovía dirección Francia. Y para allí que pusimos el rumbo.
El circuito está dentro de un parque inmenso.

Tuvimos suerte por que al llegar vimos que vale dinero entrar, pero ese día había jornada de puertas abiertas al haber dentro una pequeña concentración de coches clásicos.
A lo que es el circuito en sí no pudimos acceder. Estaba cerrado porque dentro debía de haber un curso de conducción o algo por el estilo porque había un montón de Porsche corriendo. Veíamos un trozo del trazado desde una media distancia.
Tampoco quisimos entretenernos demasiado, porque ya casi era de comer y no sabíamos ni hasta dónde nos iba a dar tiempo a llegar para dormir esa noche.
Barajamos la posibilidad de ir Borgo Panigale, Bolonia. Aunque solo fuera a echarme una foto en la fachada de la fábrica Ducati y dedicársela al sufridor número uno de Ducati (a mi hermano, claro).
Pero estábamos a 200 y pico km. mas vuelta; era básicamente otro día entero. Así que desechamos la idea. Ya volveremos, nos dijimos.
Milán nos esperaba. Y maldita la hora que entramos allí. Lo que nos costó salir es como para no decirlo. ¡¡¡Qué pérdida de tiempo más tonta!!! Allí la autostrada que le llaman a la autovía, hacía una especie de trébol, la cogías y te volvía a meter en la ciudad, y así nos vimos 3 veces en el mismo semáforo entrando a la ciudad. Que mosqueo. Entre mirar mapa, pregúntar y vueltas, como poco se nos fue una hora y media.
Recuerdo que un semáforo le pregunté a una chavala que llevaba una Yamaha Diversion. - "Dirección yenev" - decía. Gracias mujer. La dirección Génova es lo que estoy buscando hace una hora.
Por fin, en una de estas vuelta que dimos en la autostrada, cogimos otra salida que ya sí daba otro círculo de circunvalación y nos sacó de allí.
Al poco nos salimos de la autovía y a lo nuestro; carreteras nacionales, a veces mejores a veces peores.
Paramos a comer en un pueblecillo, con un busto de Mussolini en lo alto de la Plaza, pero no recuerdo el nombre.
Y ¡¡¡¡Guau!!!! Otra vez la montaña rusa!!!!. Es prácticamente la misma carretera de los Alpes de Suiza a Italia. ¡¡Una pasada!!. Vi una señal con la que me quedé con toda la gana de pararme y echarme una foto. En la señal ponía Ruta de los Grandes Alpes. Hubiera sido maravillosa, pero era prácticamente imposible volverse. Ya volveré. jeje. (Tengo muchos sitios pendientes de volver).



 Llegando ya al final de la preciosa carretera nacional, vimos en el mapa un pueblo que parecía que tenía un atajo, y cuando vimos el desvío hacia el pueblo lo cogimos.
Era un atajo, sí, pero ¿a costa de qué? Sin duda acertamos. Para que os hagáis una idea haced 3 o 4 veces seguidas el ricaberal. Y curva, y curva y curva y venga km.
La nota divertida fue que al atravesar el pueblo, un poco antes de pasar nosotros, salió de una cafetería una GsxR 1000. Llevaba una muchacha de paquete. Y empezó a achuchar. Y yo que pienso. "Si tu llevas paquete, nosotros vamos cargados de maletas" y empezamos a seguirle a rueda, empalmaos (como dice un amigo mio). El tio mirando todo el rato por los espejos. Y enchufando a la salida de las curvas. Pero la carretera era demasiado lenta como para el potencial de su moto. Pues le dimos la tarde. El muchacho después de unos cuantos km se paró y cuando lo adelantamos nos saludo con Vs y tiró detrás nuestra.
Luego tuvimos un tramo de curvas en zig-zag. Como sería la carretera de lenta, que nos costó tres o cuatro minutos adelantar a un tractor, y no era por culpa del tráfico de frente.
Así llegamos al siguiente pueblo a tomar un descansillo. Y al poco volvió a pasar el de la Gsx y volvió a echarnos Vs. una de dos, o era nuevo o la muchacha le tiraría de las orejas. Pero la tarde se la dimos, al pobre.


Desde aquí terminamos de bajar hasta Niza. Al llegar tuvimos otro gran dilema. Si íbamos por la carretera, que por cierto estaba en obras, nos veríamos obligados a echar un día más de viaje. O cogíamos autopista y pasar de la carretera de la costa azul, su tráfico y sus obras.
Al final nos metimos en la autopista. Entre Niza y Marsella. Se nos fueron los ojillos detrás del cartel de Mónaco. Pasamos prácticamente al lado. Pero pasamos de largo. (Además yo ya he estado, pensé).
En este tramo de autopista; Niza-Cannes-Marsella, me adelantaron tantos Ferrari y Porsche como aquí te adelantan Audi A6. ¡¡¡¡La leche!!!!
Para muestra un botón.

Fijaos, delante no lleva matrícula. Estos coches lo tienen todo personado.
Total autopista, hasta que casi anocheciendo nos salimos en el primer pueblo que pillamos que resultó ser Pison de Provence.
Allí nos quedamos en un hotel Etap, que casi nos obliga a dormir en cama de matrimonio por segunda vez. Porque a la recepcionista no le entraba en la cabeza que éramos dos y queríamos una habitación con dos camas separadas. Increible: nosotros buscando la cámara oculta.
Bueno a la mañana siguiente carretera nacional: Nimes, Montpellier, Perpiñan, sin mucho que mencionar, porque ya íbamos con el chip de vuelta y ni siquiera echamos fotos.
Llegamos a Figueras a la hora de comer. Buscamos para hacer una visita externa a la casa de Dali. Me parecía mentira cuando vi los precios españoles en la carta del sitio donde comimos. Ahora sé lo que esperimentan los guiris cuando vienen aquí. 
Ese día dormimos en Mataró, en la casa de nuestro amable anfitrión.
El último día, Mataró-Almería sin escalas. Y a repasar las fotos.
Espero que os haya gustado.